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in Boletín de Filología
Pues en el castellano andino ecuatoriano y colombiano: sus diversas formas y funciones discursivas
Resumen:
Sin duda, los cambios lingüísticos producto del contacto entre lenguas están moldeados tanto por las estructuras de cada lengua, como por una serie de factores extralingüísticos, tales como el tipo de contacto, el contexto socio-histórico, político y cultural de sus hablantes, las movilizaciones constantes, los cambios tecnológicos, las historias individuales y familiares, sus interacciones comunicativas, así como la (auto)valoración que los hablantes tienen de sus lenguas. En este contexto, este artículo propone repasar el uso de pues en posición final en el castellano monolingüe de la Sierra ecuatoriana y el surandino colombiano, tomando en cuenta la historia de contacto intenso entre el quichua y el español. Luego de una breve puntualización de conceptos y revisión de trabajos anteriores, el estudio se enfoca exclusivamente en el uso del marcador discursivo (MD) pues pospuesto, es decir, el que ocurre al final del turno o al final de una instancia comunicativa (como en: A. Mijo, ¡qué ganas de verte! B. ¡Ven pues!), así como en sus funciones, valores y origen. En un segundo momento, tratamos de delinear el rol que tiene el quichua en la profusión de pues, en su multifuncionalidad y variedad de sentidos. Mostramos así el uso que tiene esta partícula en el castellano andino, especialmente de la Sierra ecuatoriana, y, en menor grado, en la región surandina de Colombia. Los datos analizados sugieren que el fenómeno por describir es el resultado de varios factores confluyentes: el tipo de contacto intenso que han tenido el quichua y el español en la región del estudio, las características y evolución de cada una de las lenguas en contacto, la presencia del quichua como acelerador del abundante uso que tiene pues pospuesto en el español andino del Ecuador y el sur colombiano.
1. INTRODUCCIÓN
Nota 1 1
Nota 2 2
Nota 3 3
- Señito, ¿de qué quiere el seco?
- Chivofff**
**Plato tradicional ecuatoriano que se prepara con chivo (cabrito) como un estofado con verduras. Este diálogo es muy común al hacer el pedido en restaurantes que se especializan en este plato.
En el castellano de los Andes ecuatorianos es muy común escuchar el uso de pues al final de los enunciados, es decir, no como una conjunción, sino como un marcador discursivo (MD, en adelante) que ha desarrollado una serie de innovaciones como un evidencial, un conclusivo, enfático, rogativo, (re)confirmativo, aclarador de dudas, o un atenuador 4 . La partícula pues ha sido categorizada en el español como una conjunción, un adverbio y un marcador discursivo (MD); en este último caso, está dotado de una función pragmática. Para determinar esta última función, es necesario tomar en cuenta el contexto lingüístico, interaccional y social en el que está inmerso el uso de pues.
Pues procede del latín pŏst, habiéndose dado la diptongación de la o breve en ue y la pérdida de la t final. La forma latina pŏst era un adverbio empleado también como preposición que significaba ‘después’ o ‘detrás’, como en post moderno, post estructuralista, post humanista, etc. En una siguiente etapa de gramaticalización, esta palabra pasó a funcionar como una conjunción que, según la RAE, denota causa, motivo o razón, con distintos valores, como el de continuativo: (1) “Como acabaste tu deber de lengua, pues sigue con inglés”; el de ilativo, es decir que expresa una consecuencia lógica: (2) “No quisiste vacunarte, pues ya te contagiaste”; el de reforzador de lo expresado, sobre todo, cuando está al inicio de una frase: (3) “¡Pues, ya te lo dije!”; o certeza sobre algo esperado: (4) “¿Te robaron el celular? ¡Pues, yo ya sabía!” Tiene además otros varios significados que dependen del patrón entonacional con el que se expresa el hablante.
Como adverbio, puede expresar afirmación, negación o sorpresa. Pues puede ser también una interjección coloquial que denota certeza de un juicio anteriormente mencionado, y servir como un enfatizador: (5) “Pues, estoy en desacuerdo”. Veremos, a lo largo de este trabajo, que algunos de estos valores y funciones sí se mantienen en pues MD pospuesto 5 , sobre todo el de enfatizador.
Estudios anteriores 6 relacionados con pues MD en la Sierra ecuatoriana y surcolombiana, concuerdan con que ha evolucionado como un marcador discursivo; sin embargo, discrepan en varios aspectos, (a) los usuarios, (b) el origen de pues MD en las regiones del estudio, y (c) sus funciones y valores.
Para el caso ecuatoriano, Olbertz (2013 ), en su amplio trabajo sobre pues MD desarr/ollado en la Sierra ecuatoriana 7 , afirma que: (a) caracteriza solamente a la población rural, bilingüe quichua-castellano, con bajo nivel de instrucción, no a los monolingües; (b) resulta de la evolución interna del español; (c) funciona como un conclusivo y un enfático, y, en ocasiones, un continuativo (Ver Mapa 1).
Por otra parte, Nuckolls (1993 ), a partir de sus estudios con bilingües en la Amazonía ecuatoriana, afirma que el uso de pues pospuesto resulta de la convergencia de las dos lenguas en contacto; posición con la que concuerdan estudiosos de varias regiones del Perú y Bolivia. En cuanto a pues pospuesto entre monolingües, Haboud y de la Vega (2008), Godenzzi y Haboud (en prensa), y Estrella (2018 ) describen brevemente su uso en Quito urbano. Los dos primeros consideran que resulta del contacto de las dos lenguas, mientras Estrella se inclina por la tesis mencionada por Olbertz, en el sentido de que pues MD resulta de la evolución de dicha partícula en el español.
A partir de lo expuesto, este artículo se propone:
(1) Mostrar el uso de pues MD y varias de sus funciones, por parte de la población monolingüe hispano hablante de la región andina ecuatoriana y surcolombiana (Nariño), y
(2) Analizar el rol que el quichua tiene en la profusión de pues MD entre los monolingües.
Los puntos anteriores pondrán en evidencia el proceso de gramaticalización de pues MD, así como la necesidad de avanzar con el tema de estudio desde aproximaciones más eclécticas.
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El presente estudio se basa en datos de habla natural recogidos durante conversaciones libres, entrevistas informales, narrativas y reuniones familiares con monolingües hispanohablantes de la sierra ecuatoriana; entrevistas guiadas y reuniones de elicitación con monolingües y bilingües quichua-español, revisión de mensajes en redes sociales y en noticieros de la televisión ecuatoriana; finalmente, el conocimiento de la autora como hablante de esta variedad. Algunas muestras de Colombia que se incluyen en el artículo provienen también de conversaciones con hablantes de la región de Colombia que habitan en Ecuador, así como de estudios realizados en la región fronteriza (ciudades de Tulcán en Ecuador e Ipiales y Pasto -Nariño- en Colombia).
Este artículo se organiza de la siguiente manera: luego de esta introducción (§1), en §2 se presenta un breve estado del arte; en §3 se clarifican algunos de los conceptos relacionados con la temática tratada; en §4 se ilustra, a partir de datos propios, el uso de pues pospuesto MD en contextos monolingües. En §5 se describen usos de pues a partir del quichua y su rica morfología. Esto nos permite ver su relación con la emergencia de pues como MD en el CAE y el CAN; y en §6 se presenta algunas consideraciones finales.
2. A MODO DE BREVE ESTADO DEL ARTE
Los estudios sobre MD en el español de la Sierra ecuatoriana no son muchos. Estrella (2018 ) ha trabajado sobre el uso de pero pospuesto y lo considera como un atenuador, producto del desarrollo interno del español, aunque con una posible influencia del quichua; mientras Palacios y Pfänder ( en prensa) analizan el uso de esta misma partícula, y concluyen que resulta de un cambio indirecto inducido por el contacto del español con el quechua/quichua. Narváez ( 2018) desarrolló un estudio preliminar sobre el patrón entonacional de pero pospuesto. Enríquez (en este volumen) analiza el uso de también como MD en el español de monolingües hispanohablantes de niveles socioeconómicos medio y medio alto en Quito, mientras Puma (2021) trata el uso del morfema -ka, topicalizador del quichua, con función de foco contrastivo entre monolingües en Ecuador, Estados Unidos y España.
En cuanto a pues pospuesto, los estudios han sido más frecuentes en los Andes peruanos (Cerrón-Palomino 1996, Soto 1979, Zavala 1999) y bolivianos (Pfänder 2010). Para el caso ecuatoriano, es interesante encontrar que el Anónimo de Praga (1753) ya da cuenta de su uso en el español de Quito. Doscientos años más tarde, Toscano (1953) describe este uso de pues en el español andino ecuatoriano, si bien lo trata todavía como conjunción. Subraya además que generalmente se lo realiza como /ps/ y afirma, desde una perspectiva prescriptivista, que “el caso más típico de una pronunciación deficiente es el de la conjunción pues, que en Quito se pronuncia generalmente como ps/”.
En Ecuador, como ya se mencionó, Nuckolls (1993 ) trabajó con población bilingüe quichua-castellano de la región amazónica (Napo) 9 . Estos autores coinciden en la influencia que el quechua/quichua tiene en el uso de pues MD, en las distintas variedades del castellano andino; mientras que Olbertz (2013 ) y Estrella (2018 ), esta última autora en una breve descripción del uso de pues entre monolingües urbanos de la ciudad de Quito, se inclinan por la tesis de que tal uso resulta de los procesos de gramaticalización del español. Centradas en población monolingüe hispanohablante de la región de Quito y de la Sierra central, Haboud y de la Vega (2008) describen brevemente el uso de pues y sus varias realizaciones en la población monolingüe hispanohablante de la Sierra, con especial énfasis en Quito. Mencionan los usos emergentes en relación con la edad. También centrados en la población monolingüe, Godenzzi y Haboud (en prensa) tratan el uso dinámico y los procesos de gramaticalización de pues en el área andina y describen, con algo más de detalle, la evolución de esta partícula en la Sierra ecuatoriana. Vázquez Carranza (2019 ) trata el tema para la región sur de Colombia y asegura que la función de pues pospuesto no corresponde a del español peninsular (EP), sino que se trata de un marcador discursivo con múltiples funciones como la conclusiva (concluir un enunciado o darle fin a un tema), enfática (reforzar o mitigar un enunciado), continuativa, rogativa, (re)confirmativa, aclaradora o reparadora (del inglés, ‘repair’), con valores epistémicos, como la evidencialidad; así como también el rol de pues en la indexicalización de, por ejemplo, la obviedad o la ironía. Tomemos en cuenta que no es extraño que varias de estas funciones confluyan en un solo pues.
Todos los estudios mencionados coinciden en que, ya sea que se trate del habla bilingüe quechua/quichua-español o de monolingües del CAE o el CAN 10 , rurales o urbanos, pues MD se encuentra casi exclusivamente en posición final afectando (o apoyando) a la(s) instancias que lo preceden o que acompañan.
En resumen, los autores mencionados para el área andina han centrado el análisis de pues pospuesto en población bilingüe; todos, excepto Olbertz y, en cierto modo Estrella (2018 ), consideran que resulta del contacto. Algunos autores, lo consideran como una interferencia, otros como una transferencia, o como substrato en el proceso de aprendizaje del español por parte de los bilingües. Olbertz afirma además que los monolingües no repiten este patrón, seguramente por el aislamiento de la región rural y la urbana. A diferencia de lo expuesto, este artículo se centra en el uso que los monolingües hacen de pues como MD.
Tómese en cuenta que, durante la Época Colonial y la Republicana, el poder económico, político, religioso y cultural estaba centrado en las encomiendas y posteriormente en los latifundios localizados en el callejón interandino. En estos últimos, los indígenas desempeñaban todo tipo de trabajos en la tierra, los telares, el servicio doméstico y el cuidado de los niños, por lo cual se mantenía un contacto intenso, si bien muy desigual, que desencadenó la emergencia de un español considerado quichuizado en la población no indígena. La conformación geográfica de la cordillera de los Andes en el territorio que abarca este estudio, incidió en la cercanía del contacto indígena-no indígena; así como en el aislamiento de la Sierra del resto del territorio. De ahí que se afirmara que la ciudad de Quito era bilingüe y que muchos niños hijos de los hacendados eran monolingües en quichua hasta las 5 o 6 años de edad 11 .
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3. BREVES CLARIFICACIONES TEÓRICO-METODOLÓGICAS
Los marcadores discursivos son unidades lingüísticas invariables que no se integran en la oración; tienen como misión encadenar fragmentos textuales, asegurando la transición entre ellos y, en consecuencia, la cohesión. Los marcadores discursivos son también denominados conectores extra-oracionales, argumentativos, pragmáticos, discursivos, enunciativos, partículas discursivas, enlaces textuales o extra oracionales, muletillas, operadores discursivos u ordenadores discursivos, pues nos guían en la construcción del discurso, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, en las inferencias que se realizan en la comunicación, y cómo se deben interpretar y procesar los elementos del discurso. Pueden ser una sola palabra o bien una acumulación de partículas: pues, pues bien, ni aun siquiera, o sea que, etc., que pueden aparecer al inicio o al final de la oración (Zorraquino y Portolés 1999: 4057). En el caso que nos atañe, nos centraremos en el uso de pues pospuesto.
Los marcadores del discurso no cumplen una función en el marco sintáctico oracional ni contribuyen a las condiciones de verdad de las proposiciones semánticas de los enunciados (Portolés 1988). Por lo general, no son reincorporables al esquema semántico de la oración, pues su significado no es conceptual, sino funcional, es decir, lo que los une al complejo discursivo es la función que desempeñan. Los marcadores discursivos guían en el procesamiento e interpretación de los segmentos del discurso en el que aparecen, al que a menudo añaden uno o más significados subjetivos que son compartidos por los participantes en el acto comunicativo.
Zorraquino y Portolés (1999) proponen una clasificación basada en la función discursiva que atribuyen a los MD. Para el caso de pues, mencionan que esta partícula tiene múltiples funciones como conjunción, comentador, conector consecutivo, corrección o reformulador (repair), marcador metadiscursivo, marcador de control de contacto, focalizador y marcador de cierre de tema o conclusivo, el mismo que indica el final de una pregunta o de una oración: ‘¿No vienes pues?’, ‘Pasen por aquí cuando quieran, pues’. Si bien es difícil determinar todas las funciones de pues, queda claro que se trata de una unidad extraoracional, con funciones discursivas y no sintácticas (Portolés 2001: 56-71).
Schiffin (1987) por su parte afirma que los marcadores discursivos son elementos vacíos de contenido, frecuentemente monosilábicos (eh, bien, pues) y que funcionan en la interacción conversacional. Clarificamos que estos elementos aportan con valores que matizan los elementos de la interacción comunicativa.
Travis (2005) asegura que los marcadores discursivos se suelen considerar como recursos de soporte o de “relleno”, carentes de significado y de función definida. En español se los conoce como “muletillas” y se los evalúa negativamente, como una característica del habla de las personas “no instruidas”. Al ser independientes de la estructura sintáctica nuclear, su empleo parece opcional y aleatorio. Se piensa, además, que no contribuyen al contenido referencial de las oraciones en que se usan; por el contrario, el uso de marcadores discursivos no es casual, sino que está regido por condiciones conversacionales y criterios textuales precisos, pues son por lo general polisémicos y multifuncionales. Tienen también un importante rol pragmático en la interacción verbal, asociado con la negociación entre el hablante y el oyente.
Los marcadores discursivos siempre se han caracterizado, entre otras propiedades, por la variedad de funciones que desempeñan, lo cual nos lleva a preguntarnos si se trata realmente de distintos significados independientes, o de sentidos que van adquiriendo a medida que se los usa, a partir de un significado nuclear unitario. Siguiendo esta misma línea de pensamiento, Travis (2005: 288) opina que “la multifuncionalidad de los marcadores discursivos no necesariamente corresponde a múltiples significados polisémicos”, sino a varios de los sentidos que puede adquirir según el contexto de uso. Si es así, se trataría de una cuestión de grado, pues todos estos significados discursivos están de algún modo ligados; consideramos que determinar el grado es una tarea compleja que necesitaría nuevas aproximaciones al estudio de los marcadores discursivos, tales como el análisis multimodal.
4. PUES POSPUESTO ENTRE MONOLINGÜES HABLANTES DE CASTELLANO ANDINO ECUATORIANO Y SURANDINO COLOMBIANO
En esta sección, describo el uso de pues pospuesto MD entre los monolingües. Para facilitar la descripción, me baso, sobre todo, pero no únicamente, en las funciones encontradas por algunos de los trabajos en la región andina y mencionados en la sección anterior, sobre todo el de Grajales (2011 ); sin embargo, los ejemplos provienen de datos propios según se detalló en la sección introductoria.
Recordemos que las realizaciones de pues en el CAE, son las siguientes: /pues/, /pis, pes/, /ps/, /fs/ y /f/; esta última puede alargarse como [f:] representada gráficamente, como /ff/, /fff/ o /ffff/, según el énfasis que quiera expresar el hablante. Al final de esta sección, me referiré con más detalle a esta última realización.
A partir de los datos, hemos encontrado las siguientes funciones de pues
MD:
1. Marcar la finalización del tema (conclusivo, en términos de Olbertz)
(6) [Dos hermanos comentan que uno chocó el carro y tiene miedo de decírselo a sus padres]
A. ¿Qué hago? ¿Le digo o no le digo?
B. Más bien dile rápidops. Mientras vos le dices, yo rezo… [se ríe]
(7) A. ¡Achachay! [expresión Kichwa para expresar frío]
B. ¿Estás con frío? Ponte un saco pues
2. Focalizar información (reconfirmar)
(8) [Reunión familiar para una cena especial. La señora (A) explica a la cocinera]
A. Verá, primero, aplaste las papas, les aumenta los huevos batidos, la mantequilla y una taza de azúcar morena.
B. ¿Azúcar en la papas?
A. ¡Eso mismo pues!
B. […silencio…]
A. Es que así le queda como torta de camote…
Nótese el énfasis que tiene la reconfirmación de la información dada, al punto que se convierte en una orden. Una de las funciones más frecuentes de pues es agregar énfasis a lo expresado. Este puede referirse a un evento negativo o positivo, a una sugerencia, explicación u orden. En este caso, el énfasis que agrega pues no deja a la oyente margen de duda sobre lo que tiene que hacer. Sin embargo, A. nota la sorpresa en B. y después de unos instantes explica la razón por la que ponen azúcar en las papas.
Pues posibilita enfatizar un ruego, una petición, una queja:
(9) [Felipe se va a estudiar en otro país; en una reunión de despedida, sus amigos le dicen]
Ve, huevón,volverásps 12
También, como señala Pfänder (2010: 106), se enfatiza un insulto descalificando al hablante: (10) Cállate pues; o una solicitud amable: (11) Deben respetarse pues; o una recriminación: (12) Estás metiéndote pues. No olvidemos además el pues de la resignación:
(13) A. ¿No había dicho la profe que te iba a cambiar la nota?
B. Sí, pero ya dijo que no. Ya nada pues
El uso de pues como enfatizador de imperativos es muy común en toda la región andina.
Jiménez ( 2016) comenta que en la provincia de Carchi (norte de Ecuador) y al sur de Colombia (Pasto, Departamento de Nariño), especialmente en construcciones imperativas, pues se usa con mucha frecuencia:
La forma de hablar del carchense o ‘pastuso’ es tan característica que es parte del identitario de los habitantes … Palabras como “elai pis” 13 .
‘ahí está pues’][…], no pis ‘no pues’) […]se mantienen en las personas adultas; en los jóvenes el uso quizá no es tan frecuente, debido a la influencia de acentos colombianos, quiteños y otros modismos.
En la región fronteriza colombo-ecuatoriana se considera que pues puede ser tanto un atenuador: (14) Vea pues↓ (‘Haga el favor de ver’), como un reforzador de órdenes: (15) ¡Ala pues!↑ (‘ven/venga pues!’). En estos ejemplos se hace necesario determinar los patrones prosódicos, que por ahora están marcados con una flecha descendente (atenuar) y una ascendente para indicar énfasis (entonación ascendente). Con esto, nuevamente subrayamos la necesidad de contextualizar el uso de MD para evidenciar fehacientemente sus funciones y valores 14 .
Con la función enfática de pues se evidencia la aserción de Travis (2005: 288) que “la multifuncionalidad de los marcadores discursivos no necesariamente corresponde a múltiples significados polisémicos”, sino a varios de los sentidos que un marcador puede adquirir según el contexto de uso. Considero que estas son algunas de estas facetas de énfasis las que se han acopiado en pues; y que, para determinarlas con especificidad, además de tomar en cuenta el contexto discursivo, se hace necesario un análisis prosódico con el que esperamos contar en el futuro.
3. CORREGIR O REFORMULAR LO DICHO (DEL INGLÉS, ‘REPAIR’)
En esta función correctiva, el oyente solicita una corrección, una reparación, sobre la base de una inferencia realizada a partir de un discurso previo en el que participan los interlocutores:
(16) [Todavía en la cocina preparando las papas con azúcar] (*ver función 2, ejemplo (8))
B. Nunca había visto que se ponga azúcar en las papas. Bien raro.
A. Claroff. Así le salen como camotesps, no ve que aquí no hay buenos camotes como los del Perú. Esos sí son dulces…
Nótese que A reitera en lo dicho con la expresión clarofff, que connota obviedad. Un equivalente sería: ‘por supuesto’, ‘de hecho’, ‘obvio’. Igualmente, en sesiones de elicitación, la indexación con la obviedad (17) se dio repetidamente, así como la implicación al reto y la confrontación (18):
(17) [Dos amigos conversan, uno es de Quito, otro de Cuenca; en donde se afirma que los hablantes cantan]
A. Oye, ¿te estás riendo de mi acento?
B. Es que da risa pues
(18) [Dos amigos jugando barajas]
A. Juegas mal, mismo...
B. Juega vos pues. Si tanto hablasff
4. Introducir una nueva secuencia discursiva (19) o un comentario a un evento o situación experimentada (20):
(19) [Dos amigas se reúnen por primera vez desde el inicio del COVID-19]
A. Ay amiga, tanto tiempo encerrada. Me muero por salir de compras. Vamos al Quicentro…
B. ¡Qué pereza! Vamos al Mega nomás
A. Es que quiero comprarme unos pantalones lindosff. Los del Mega son chimbazosfff (‘muy feos’)
B. Mejor vamos a mi casa y vemos una seriefff
(20) Imagínate que el Sebas se ha comprado un nuevo depa, pero dice que le arrendó por uno o dos meses. No me acuerdo bien. En todo caso, yo sí le dije: “Tanto trabajo por un mes, ¡qué es pues! ¿Qué crees que me contestó?: preferibleps, peor tenerle cerrado.
5. Introducir una respuesta o reacción a un comentario (answer), y/o señalar que la información del discurso previo es conocida:
21) [En la clase, Tito tiene que hacer una presentación, pero está ausente. La profesora pregunta]:
A. ¿Y el Tito?
B. Acaba de mandarme un mensaje y dice que no viene
A. ¡Qué es pues! Aunque no me sorprende…
(22) A. ¿Si sabías que la Universidad Técnica del Norte está apoyándonos
B. ¡De leyfff! No ves que mi Javi estudia ahí y justo está en ese grupo de vinculación 15
6. Introducción de discurso directo, como órdenes [Ver función 5]
(23) [Todavía en la clase, esperando a Tito] (Ver (19))
A. Profe, es que dice que no viene porque es del equipo de básquet y ahora es la final
B. No pues. ¡Inaudito! Dile que va a perder el semestreff
7. Evidencial/confirmación
(24) [Alguien timbra al departamento 402, aunque luego sabemos que desea timbrar en el 401]
A. Buenas señito, el gas
B. ¿Qué gas, pues?
A. El gas, pues. Los dos tanques que me pidió
B. Yo no he pedido nada
A. ¿Será que me equivoqué? ¿Este es el 401?
B. Entonces, timbre al otro lado pues!
A. Ay, disculpe
En (24), además de la reconfirmación que hace A (El gas pues. Los dos tanques que me pidió), puede verse como B usa pues para expresar, molestia, desconocimiento, sorpresa (¿Qué gas, pues?). A insiste y reconfirma: que se trata de los dos tanques de gas doméstico que le pidieron. Finalmente, B concluye enfáticamente que hay un error. Finalmente, A se da cuenta del error y se disculpa.
El ejemplo anterior es muy interesante por el carácter que adquiere pues 16 . Por un lado, muestra el valor evidencial de pues y, por otro, su función de concatenación o de encadenamiento del discurso. En cuanto al valor evidencial, Faller (2002 ), Nuckolls (2013), Pfänder (2010) y Zavala (1999 ) nos recuerdan que el tal valor está relacionado con los valores semánticos y funcionales de morfemas quechuas, tema del que nos ocuparemos en la siguiente sección.
Algunos participantes comentaron, durante reuniones de elicitación, que el uso de pues es muy frecuente para subrayar sentimientos de molestia, inconformidad e indignación:
(25) [Dos compañeros de clases comentan sobre el seguro del carro]
A. Me dijeron que ahora cuesta 300 dólares
B. ¡Chuta!, ¿quéspues? Viene con música o quésfs 17
Nótese la representación de las expresiones quéspues y quésfs que han sido consideradas como un solo ítem léxico. Varios miembros de este grupo prefirieron la realización /fs/.
Si bien pues MD aparece, sobre todo, en el lenguaje oral, es cada vez más frecuente encontrarlo en escritos informales como las redes sociales:
(26) A. Según los medios, 11.000.000 de ecuatorianos ya tienen al menos una vacuna.
B. ¡Te creo! [comentario irónico]
A. ¡Serio! Ve lo que te mando:
2
(27) [CJ envía artículos y comentarios sobre el español en Ecuador con mucha frecuencia. El receptor le pregunta donde encuentra tanta información sobre el tema]
3
Me parece importante destacar que el diálogo anterior se desarrolla con el representante de un consulado ecuatoriano en un país europeo. Con esto subrayo que el uso de pues ha permeado los distintos estratos sociales de la población monolingüe. Nótese que CJ utiliza fff, la innovación urbana de pues, que detallo a continuación.
La realización de pues como [f:] es un fenómeno interesante que se da, desde algo más de 15 años, en la Sierra ecuatoriana, especialmente entre jóvenes universitarios de Quito. Este proceso se da por la influencia del quichua. Se inicia con la monoptongación del diptongo (“pues” > “pis/pes”), para luego elidir las vocales y pasar a /ps/ o /p/, lo que facilita la fricativización de la oclusiva en posición postnuclear: /p/ > /f/. Así, se sustituye /ps/ por /fs/ o simplemente /f/, de modo que “obvio, pues” se realiza como obviops, obviofs o obviof. Frecuentemente, la fricativa se alarga: ‘buenoff’, ‘chivofff’, y más aún cuando se busca marcar mayor énfasis ‘mi maridoffff’ (Haboud y de la Vega 2008, Estrella 2018, Godenzzi y Haboud en prensa). Al haberse convertido en una marca social prestigiosa, su uso ha logrado expandirse a hablantes de varias edades, y a otros grupos sociales, alcanzando también a la expresión escrita informal, como se muestra en los siguientes mensajes tomados de redes sociales:
(28) [Conversación entre dos antiguos compañeros de un colegio privado en Quito] 18
4
Durante las sesiones de elicitación realizadas con jóvenes monolingües de un nivel socioeconómico medio, reconfirmamos que pues MD es usado habitualmente. Notamos, además, que prefieren usar /pues/ o /f/, siendo esta última la realización más frecuente 19 ; sin embargo, parece, como sugieren los ejemplos anteriores, que no está restringida a un grupo etario. Durante las mismas sesiones, los participantes comentaron que los bilingües usan /pis/, /pes/, pero que ellos no la usan. Este tema trasciende el propósito de este estudio; sin embargo, anotamos la importancia de desarrollar un estudio específico que tome en cuenta la importancia que tiene la actitud de los hablantes y el prestigio de /ps/ o /pis/, formas indexadas como habla popular, ruralizada y de bajo prestigio.
En relación con las realizaciones de los bilingües, cabe comentar que en los últimos tiempos en que se ha incrementado aceleradamente el uso de redes sociales, hablantes bilingües con predomino de la lengua quichua representan pues como /pz/ y, con menor frecuencia /bz/.
(29) [Conversación personal con JL, bilingüe quichua-castellano] (08.07. 2020)
5
A modo de resumen
En relación con el primer propósito de este artículo, queda claro que pues pospuesto está integrado en el repertorio lingüístico de los hablantes del CAE y el EN. Los hablantes lo usan tanto en la comunicación oral, como en la escrita informal.
Pues es multifuncional y su función más frecuente es la enfática, que sirve para reforzar y poner en evidencia elementos del discurso que el hablante considera relevantes. Esta función enfática es a la vez múltiple pues despliega distintos sentidos y valores, dependiendo de las intenciones comunicativas de los hablantes y su posicionamiento en los actos comunicativos.
A partir de lo expuesto, es ahora necesario determinar si pues pospuesto MD es solamente una herencia del español colonial, o si el quichua ha tenido alguna injerencia.
5. EL ROL DEL QUICHUA EN EL USO DE PUES POSPUESTO
Nota 20
Los contactos intensos y prolongados entre dos lenguas inciden en la emergencia de una serie de características en todos los aspectos de cada una de las lenguas inmersas en el contacto, como es el caso del quichua/quechua y el español en la región andina.
Con el fin de indagar con mayor minuciosidad en la relación que la lengua quichua puede tener en el uso prolífero de pues pospuesto MD por parte de hablantes monolingües hispanohablantes de la Sierra ecuatoriana y el surandino colombiano, en esta sección analizo algunos de los morfemas quichuas y muestro la extensa gama de estrategias que esta lengua tiene para marcar énfasis. Me baso para ello en varias gramáticas y vocabularios quichuas/quechuas, incluido el Anónimo de Praga (1753) que se centra en la región de Quito, y en la descripción realizada por Cunduri (2009)
sobre el quichua de la región centroandina ecuatoriana de Chimborazo 21 . Adicionalmente, he llevado a cabo sesiones de elicitación virtuales con hablantes de quichua ecuatoriano (Sierra norte, centro y sur), y con hablantes de quechua boliviano y del surandino de Colombia.
El Anónimo de Praga (1753) ya da cuenta del uso de pues en el castellano andino ecuatoriano, específicamente en el de Quito, y menciona su relación con el quichua debido al carácter polisémico de los morfemas quichuas. Me refiero en este texto únicamente a los siguientes morfemas: -mi/-m, mari, -tak/-tak, -cha/chari, -ka 22 .
-mi/-m
Este morfema está definido como un validador: (30) Pay hatun-mi ‘él es grande’, Ñukaka Maria-mi kani ‘soy -me llamo- María’, función que se relaciona con lo afirmado por Zavala (2001 , 2006) y Nuckolls (1993 ) en el sentido de que -mi incide en el uso de pues evidencial/ confirmador.
Sin bien esto es procedente, recordemos que el hablante no siempre se refiere a algo que conoce, sino que puede tratarse de algo creíble desde su punto de vista, o de algo con lo que él se compromete (Schiffrin 1987 y Zavala 2001, 2006).
El morfema -mi, sin embargo, tiene otras funciones. Hace ya tres siglos, el Anónimo de Praga (1753: 18) mostraba que -mi/-m también tenía una función enfatizadora:
(31) Cuia-rca-cac-mi
‘amado suelo ser pues’
que hoy en día se expresaría como: (32) A mí me saben 23 amar pues.
Igualmente, Cunduri (2009: 86) menciona con detalle la función enfatizadora de -mi/-m: “el quichuahablante serrano utiliza el morfema -mi en la función gramatical que desea enfatizar”, y añade que seguramente el hablante lo puede hacer (enfatizar) porque se trata de algo que ha visto, ha constatado personalmente, y de lo que está muy seguro. Es decir -mi/-m funciona como un (re)afirmativo/enfatizador y validador de la información. Veamos sus ejemplos comparativamente:
(33) Pai-ka ñuka churi-mi
Él-TOP 1Sg. hijo VAL/MD
‘Él es mi hijo pues’ (MRC. 2018: 86)
es decir, mi hijo y no mi hermano, sobrino o tío. Si el morfema -mi se adjunta a pai ‘él’, como en (34) Pai-mi ñuka churi kan, significaría ‘Él pues, -no otro-, es mi hijo’; en donde pues tiene un valor de enfatizador, focalizador y reconfirmador de la información, al tiempo que concluye con el diálogo.
En cuanto a la versatilidad de -mi/-m, Cunduri (2009)muestra que puede enfatizar cualquier otro elemento de una oración, como un adverbial de lugar en (35) o toda una secuencia comunicativa (36):
(35) Kay pampa- pi - mi wakra-kuna-ka shayak ka-rka.
aquí pampa- LOC-VAL/MD ganado-Pl-TOP parar-estar-Pas
‘El ganado se paraba en esta llanura pues’ [y no en otra] (MRC 2018: 86)
(36) [Conversación libre mientras recogemos ocas] 24
A. ¿Qué hacen con las ocas*? (*tubérculo andino)
B. Miku - nchik-mi 25
Comer -1Pl – VAL/MD
Comemos pues [no botamos, ni vendemos]
En esta conversación, la dueña del sembrío, luego de responderme en quichua, me explica: ‘comemos pues, haciendo secar cocinamos’.
-mari
El mismo Anónimo de Praga, menciona: “En lugar de la partícula -mi, esta otra -mari 26 , expresa un poco más y se usa en los romances en los que se encuentra la palabra pues” (1753: 18):
(37) Cuia-rca-cac-mari
‘amado yo solía ser pues’ 27
Frases como estas son muy frecuentes en el habla monolingüe, sobre todo en conversaciones en las que se compara situaciones de vida presentes y pasadas; estas, sin embargo, expresarían con una construcción en voz activa y, entre hablantes mayores de 30 años, con el verbo querer: ‘A mí me sabían querer pues’ [ahora ya no me quieren].
Grzech (2021 ), a partir de un estudio realizado en la Amazonía ecuatoriana (Napo), comenta sobre el uso del morfema -mari en su función de enfatizador (MD):
… belonging to the epistemic paradigm attested in Upper Napo Kichwa (Quechuan, Ecuador) […] -mari indicates that the information is known well to the speaker, but also to some extent familiar to the addressee. In situated language use, the marker contributes to creating a knowing epistemic stance of the speaker (2021: 208).
Esto refuerza lo afirmado a lo largo de este trabajo, en el sentido de que el uso de estos marcadores discursivos solo puede darse en un contexto comunicativo específico, en el que los hablantes tienen un conocimiento compartido (‘shared knowledge’).
-tac/-tak
Este morfema, generalmente considerado únicamente como una partícula interrogativa, es además un enfatizador de frases afirmativas (reconfirmativo): (38) Pai-tac ‹él mismo› / ‘él mismo pues’ (Anónimo de Praga 1753:5)
39) A. ¿Qam-chu maskhamu-wa-rqa-nki? (Godenzzi y Vengoa 1994: 96)
¿Tú me buscaste?
B. Ari. Ñuqa-taq
‘sí, yo pues’
A ¿Imapaq-taq mashhamu-wa-chka-nki?
‘¿y para qué me estás buscando?’
En relación con (39), Godenzzi y Vengoa (1994) advierten sobre el tejido comunicacional que se va creando entre los participantes. Recordemos que una de las funciones importantes de los marcadores discursivos es justamente encadenar los elementos que construyen instancias comunicativas.
El morfema -tak puede enfatizar cualquier elemento de una oración, como una frase nominal en función de sujeto (40), o de objeto (41), o una frase verbal. Esto tiende a expresarse en español con pues.
(40) A. Marita, ¿quién viene (a cocinar)?
B. Ñuka-tak-mi shamu-sha.
‘yo pues he de venir’
Según Garcés, “-tak es tan enfático que podemos elidir -mi”, por lo que (40a) se expresaría como: Ñuka-tak-ø shamusha!
(41) [Gabi y su mamá están organizando una fiesta. Gabi pregunta a
quién invitar. La mamá responde]
Mashi-kuna-man-tak
‘A los amigos pues’ (MRC 2018: 45)
Nótese que en (41) se indexa la obviedad expresando implícitamente que es obvio invitar a los amigos, no a los enemigos.
Durante las sesiones virtuales de elicitación, se recogieron instancias en las que -tak enfatiza pedidos, invitaciones o sugerencias en las que la presencia de -tak, se interpreta como pues.
(42) [Al terminar la sesión de elicitación, el hablante me dice que les
visite cuando termine la pandemia]:
Shamu-nki-tak-mi
‘Vendrás pues’.
En relación con (42), dos hablantes de la Sierra centro comentaron que -tak incrementa el nivel de atenuación del imperativo con el fin de convencer, y hasta obligar, al oyente para que cumpla con lo solicitado o con algo que ha prometido (venir en este caso). Según ET, se interpretaría como: “has de venir mismo’, “¡debes venir!, o sea, como diciendo, como me extrañas
bastante: ¡ven pues!” (ET.08.10.21).
-cha / chari
Cunduri (2009) afirma que -cha/ chari expresa duda o incertidumbre frente a un posible evento o situación y que se lo puede repetir dos o más veces en una misma oración, con el mismo sentido o con sentidos en algo diferentes. Según la autora, se interpreta en español como: ‘puede ser que’, ‘a lo mejor’, ‘pues’. Igualmente, Quishpe y Quishpe (2016) traducen -cha / chari como ‘pues’, que en el contexto de (43) se lo puede caracterizar como conjetural o presumible 28 .
(43) Tamya shamu-n-ka chari, ima chari
Lluvia venir-3P-TOP DUB qué DUB (MD)
a lo mejor llueve, qué será pues... (MRC 2018: 88)
‘parece que va a llover, ¿qué será pues?
-ka -ka
Este morfema, aunque generalmente está categorizado en las gramáticas como un topicalizador (Cerrón-Palomino 1994), tiene varias funciones. Enfatiza la causa, el motivo o la razón (Quishpe y Quishpe 2016: 28):
(44) Ku-rka-ni-ka
Dar-Pas-1Sg-ENF
‘le di pues’
(45) Shamu-ni-ka
Venir-1Sg-ENF
‘vengo pues’
Cunduri (2009) remarca que -ka puede enfatizar cualquier elemento en la oración, ya sea el sujeto (46), el objeto directo (47), el indirecto (48), o un adverbializador (49); y que, con frecuencia, es interpretado como pues. Marca además el foco contrastivo 29 .
(46) [En una reunión comunitaria se necesita ayuda para cargar agua. El líder pregunta: ¿Quién querrá ayudar? Al no tener respuesta, repregunta: ¿Hay alguno buena gente aquí? Alguien dice -riéndose-]
César-ka
César-MD
‘El César pues’
(47) [ Sol oye que su esposo que va a traer a alguien a la casa. Le pregunta: ¿A quién disque vas a traer?]
Javi-ta-ka
Javi-ACC-MD
‘Al Javi pues’
(48) [H. acaba de bordar unas mascarillas y le pide a su hija que le lleve una a su hermana (ñaña). La niña está distraída y pregunta -en español- a quién tiene que llevar la mascarilla]
Kan-pa ñaña- pak -ka (mi)
Tú-GEN hermana-DAT-MD (VAL)
‘A tu hermana pues’
En relación con (47), Sol también pregunta cuándo le traerá al Javi. Su esposo responde:
(49) kaya - mi - ka
mañana-VAL-MD
‘Mañanaps’
En relaciones de contacto intenso y prolongado como el analizado en este artículo, los efectos del contacto entre lenguas son recíprocos; así, termino esta sección con una interesante estrategia emergente en la se combinan elementos del quichua y del español para poner en relieve elementos del discurso, como son arís y manás. Estos resultan del siguiente proceso en el que las palabras ari (Q.: ‘sí’) y pues, reducido a /s/, se han combinado para formar arís ‘sí pues’ (afirmativo enfático). De forma similar, mana (Q.: ‘no’) se combina con pues, reducido a /s/, para formar manás ‘no pues’ (negativo enfático).
Parecería que la afirmación y la negación del quichua aprovechan el valor modalizador intensificador de pues, para incrementar la fuerza ilocutiva de ari y mana 30 , expresiones muy importantes para marcar (des)acuerdos en un diálogo y, por tanto, motivar la continuación o la culminación del tejido conversacional. Es importante notar que las palabras del quichua, generalmente graves, han pasado a ser agudas, posiblemente como una estrategia adicional para incrementar el énfasis.
(51) A. Yachay-wasi-man-ka tukuy puñcha-kuna-chu rinki?
¿Vas todos los días a la escuela?
B. Arís (‘síps’, ‘sífs’, ‘sífff’) / Manás (‘nops, ‘nofs’, ‘nofff’)
A modo de resumen
En relación con el rol del quichua en el uso tan frecuente de pues pospuesto MD entre los hablantes de CAE y de el CAN, es evidente que en la situación del contacto intenso y prolongado entre el quichua y el español en la Sierra ecuatoriana y el sur andino de Colombia, el quichua, con su rica morfología altamente polisémica, ha disparado las posibilidades, ámbitos, funciones y valores de pues MD que los hablantes del CAE y del CAN usan regularmente y que continuamente recrean acoplándolo a instancias comunicativas actuales en las que participan presencialmente o virtualmente. Como bien afirma Arboleda (2002) el español andino de monolingües en el sur colombiano proviene del contacto español con el quechua, del cual el inga es una variedad. Cabe anotar, sin embargo, que los estudios de la pragmática oracional y del discurso del quichua siguen siendo limitados, de modo que, como bien indica Garcés 31 , tenemos todavía limitaciones para entender a profundidad otros efectos del contacto quichua-castellano.
6. EL ORIGEN Y DESARROLLO DE PUES EN LA COMPLEJIDAD DEL CONTACTO
Lo expuesto en las secciones anteriores nos muestra que pues es el producto de la convergencia lingüística en la que confluyen características del español y el quichua. Por un lado, y en esto coincidimos con Olbertz (2013 ), está la herencia del español colonial en el que pues ya se había gramaticalizado y había adquirido el sentido conclusivo y la función enfatizadora. Por otro lado, es indudable que la tan rica morfología de la lengua quichua debió motivar, no solo el incremento en la frecuencia de uso de pues, sino también la emergencia de nuevas funciones y múltiples valores.
Es posible que esto se haya canalizado, y aún acelerado, debido a la interpretación que los colonizadores hacían de los morfemas polisémicos del quechua al transferirlos al español y que, en este caso, parecen haber sido agolpados en pues. Este español, que debió haber sido usado por los bilingües, y posteriormente transmitido a los monolingües, caracterizó a las élites criollas y mestizas, quienes, a su vez, lo transmitieron a sus descendientes.
No es de admirarse, pues, que el CAE y el CAN hayan aprovechado la multiplicidad expresiva del quichua para ir ampliando los sentidos del pues, ya gramaticalizado heredado del español. Es así como ha venido incrementándose paulatinamente y adquiriendo nuevos valores, funciones y personalidades que se ajustan al dinamismo de las relaciones sociales y comunicativas de hoy. Tal multiplicidad se concretiza, por una parte, en las ahora posibles realizaciones de pues (Gráfico 1) y, por otra, en los nuevos sentidos que mencionan los jóvenes usuarios de pues, como son la obviedad, la ironía, el desprecio, la culpa y el (auto)remordimiento (52a y 52b).
En cuanto a las posibles realizaciones de pues, como ya hemos visto, encontramos las siguientes:
6
Aunque este estudio no incluye un análisis comparativo del uso de pues MD entre bilingües y monolingües, la literatura existente, las sesiones de elicitación llevadas a cabo para este estudio, la relación estrecha de la autora con comunidades bilingües y monolingües, muestran que las realizaciones marcadas con 2 y 3 parecen ser todavía las más frecuentes entre los bilingües; mientras 1, 3, 4, 5 y 6 son las que encontramos frecuentemente entre los monolingües. Excepto por /ps/ (3) que está asociado con hablantes de mayor edad, 4, 5 y 6, aunque más usados por los jóvenes, se han ido extendiendo a todos los grupos etarios y aún al registro escrito informal (27, 28 y 29).
Por otra parte, 4, 5 y 6 muestran alta versatilidad para incorporar nuevos valores. Estos dependen de la relación entre los hablantes, el contexto discursivo, el léxico utilizado, el patrón entonacional y todos los intercambios simbólicos usados por cada uno de los participantes, los mismos que, como bien sabemos, están ligados al bagaje cultural de cada hablante.
A modo de una primera prueba para entender mejor el alcance de /fs/,/f/, /fff, pregunté a diez jóvenes monolingües urbanos, de entre 18 y 28 años, que comentaran sobre las diferencias que ellos encontraban / percibían entre el uso de pues (ejemplo 52a) y fff (ejemplo 52b), usados como respuesta a una misma acotación. Para evitar variaciones en la producción de las dos instancias, se les hizo escuchar, vía zoom, una misma grabación.
(52a) A. Ma, ¡te extraño!
B. ¡Ven pues!
Los participantes coincidieron en que la respuesta codificaba una expresión lógica en relación con la frase “te extraño” (‘si me extrañabas, ven’), de ahí que posibles sinónimo serían: ‘entonces ven’, ‘¿por qué no vienes?’, ‘ven en Navidad’. Acotaron también que, dependiendo del tono utilizado por B, podría convertirse en una orden o en un ruego, sobre todo si B aumentaba una palabra o una frase cariñosa, como: mijo o mijito ’ven pues, mijito’.
En la opción (52b), las respuestas fueron más diversas.
(52b) A. Ma, ¡te extraño!
B. Venfff
Dos entrevistados dijeron que no había diferencia con (52a); otros dos comentaron que solo variaba el nivel de (in)formalidad y que, por esto, (52b) disminuía la fuerza ilocutiva de la orden implícita expresada por B que “suena a más orden”, “es más contundente”, “es más definitiva”. Los seis entrevistados restantes hicieron referencia al efecto que el pedido producía en A: ‘siento que me dice ¿para qué te fuiste?’, ‘fue tu decisión irte’, ‘tu culpa mismo es’, ‘decídete y ven’, ‘si extrañas te toca venirfff’. Aunque estos resultados deben ser tomados con cautela por ser tan limitados y de carácter inicial, es importante considerarlos para un estudio específico posterior, pues los valores que los hablantes pueden atribuir a /fff/ parecen tener la posibilidad de abrirse en un amplio espectro; sin embargo, lo que sí queda claro es que, a mayor simplificación fonética, hay mayor complejidad comunicacional, la misma que depende, dentro del contexto histórico y situacional de los participantes, de la relación intersubjetiva de los hablantes y de su actitud sobre lo enunciado.
7. A MODO DE REFLEXIÓN FINAL
En este artículo me propuse (a) determinar el uso de pues pospuesto MD por parte de monolingües urbanos hablantes del castellano andino en la Sierra ecuatoriana y el surandino colombiano, (b) determinar si el contacto con el quichua incide de algún modo en el uso de pues.
En relación con (a), se ha visto que su uso es profuso tanto entre monolingües del CAE, como del CAN. Se ha visto, además, que pues, en sus varias realizaciones ha permeado los distintos niveles sociales y grupos etarios. Resultados similares han sido testificados por Ocón Gamarra (2015 : 156): “it also occurs consistently among Spanish monolinguals”.
En cuanto a (b), se ha mostrado que la multifuncionalidad de los morfemas quichuas -mi/-m, -tak, -cha/-chari, -mari, -ka, parecen haber sido interpretados en español como pues, por lo que se considera muy poco probable que el quichua no haya intervenido de forma alguna en el uso prolífero de pues y en su complejidad que, sin duda, los monolingües continuamos incrementando.
Lo mostrado a lo largo de estas páginas favorece el postulado de que el pues pospuesto MD de hoy es el producto de la convergencia lingüística entre el español y el quichua. No se trata; sin embargo, de equiparar directamente con pues cada uno de los morfemas quichuas ya mencionados (y otros que no hemos incluido en este estudio), sino de considerar las interpretaciones que se han dado a los sentidos connotados por tales morfemas y de la cuales el CAE y el CAN se han nutrido.
Recordemos, además, que hay otros factores que concurren para este proceso de convergencia: la sintaxis flexible de las dos lenguas, la característica polisémica de pues del español en el que la partícula en cuestión ya había adquirido el sentido conclusivo y la función enfatizadora con varios matices; y los múltiples valores y funciones del quichua. Así, pues acopió los muchos sentidos que ya venían de las dos lenguas, y que han ido incrementándose dada su muy alta eficacia interaccional.
Ahora bien, dada la naturaleza multifuncional de los marcadores, definirlos exactamente y/o delimitar su ámbito de acción no es nada fácil, pues estos pueden incidir sobre la situación comunicativa general o sobre un acto comunicativo en particular, en interacciones compartidas o individuales 32 .
El caso es que pues parece uno, pero es múltiple; así, la tendencia de equiparar un marcador con un solo significado va en desmedro de la riqueza de la lengua y de las necesidades comunicativas de los hablantes, pues, como bien sabemos, la emergencia de los marcadores discursivos no es casual, sino que está regida por condiciones conversacionales y criterios textuales precisos, que por lo general son polisémicos y multifuncionales.
Parafraseando el “how to do things with words” de Austin (1962), podemos decir que el caso bajo estudio ha desarrollado múltiples posibilidades de: “como hacer cosas con el pues MD”.
Resumen:
1. INTRODUCCIÓN
2. A MODO DE BREVE ESTADO DEL ARTE
3. BREVES CLARIFICACIONES TEÓRICO-METODOLÓGICAS
4. PUES POSPUESTO ENTRE MONOLINGÜES HABLANTES DE CASTELLANO ANDINO ECUATORIANO Y SURANDINO COLOMBIANO
3. CORREGIR O REFORMULAR LO DICHO (DEL INGLÉS, ‘REPAIR’)
5. EL ROL DEL QUICHUA EN EL USO DE PUES POSPUESTO
6. EL ORIGEN Y DESARROLLO DE PUES EN LA COMPLEJIDAD DEL CONTACTO
7. A MODO DE REFLEXIÓN FINAL